la curaduría de los cráneos
Los cráneos que utilizamos en Marakarte son de vacas que fallecen en la sierra por causas naturales, ya sea por algún accidente o simplemente vejez.
Durante el tiempo que pasan en el monte (antes de ser encontrados), se cubren de lodo y tierra. Sin embargo, las mismas condiciones climáticas así como los microorganismos ayudan a que los huesos se liberen de malos olores.
Al encontrarlos, lo primero que se desprende son los cuernos; estos se guardan para evitar que se pierdan y posteriormente se recoge el cráneo.
Para el proceso de limpieza, se cepillan con jabón y cloro, se lijan los cuernos y después se barnizan. Si existe algún espacio con un hueso faltante, se cubre con yeso. Una vez limpios y resanados, se intervienen con arte Wixárika (huichol), donde cada diseño cuenta una historia única.